Aunque aún existen algunos prejuicios
Pero es que si nos ponemos “tiquismiquis” ellas lo tienen un poquito más difícil que nosotros. Y no me refiero a los pesos a mover o a la altura del cajón, sino a los prejuicios sociales. Aunque poco a poco se va normalizando la presencia femenina en ciertos deportes. Así como la estética de diferentes tipos de cuerpos.
Porque se supone que es “normal” que un hombre entre en un box o un gimnasio y cargue peso, se quite la camiseta, se ponga un chaleco lastrado, resople o gruña, haga dominadas, trate de muscular su cuerpo para poder dar más… Pero si eres chica, ya no parece tan normal.
Este error, pensar que unos sí y otras no, va por suerte desapareciendo poco a poco en la mente de todos. Es un proceso lento pero tenemos que sentirnos en parte orgullosos de estar colaborando.
Cada vez que una chica cruza la puerta de un box, le está echando más valor que cualquier compañero. Porque además de enfrentarse al crono debe enfrentarse a conceptos sociales arcaicos que tú como hombre nunca has tenido que sufrir.
Así, cuando chocas los 5 con ella al acabar el WOD, cuando formáis pareja o equipo, cuando os ponéis bajo un clean, o sobre un cajón y lo dais todo, estáis colaborando a normalizar lo que ya debería ser normal.
El Cross Training es duro para todos. Al crono le da igual tu género. Solo busca ganarte y la pasión por enfrentarse a eso no entiende de hombres o mujeres, sino de carácter. Y eso a los atletas nos sobra.
Minimizar la desigualdad también en competición