Prepárate para parar
Si hay un momento realmente crítico al entrenar con frío, ese es sin duda el momento en el que gritas ¡tiempo! Cuando exhausto te tiras al suelo empapado en sudor, y ves cómo el calor abandona tu cuerpo en forma de vaho como si fueras Goku en modo super saiyan, es cuando más fácil es que el frío te afecte.
Por eso, aunque solemos tener la capacidad de pensar algo mermada nada más acabar el WOD, haz un esfuerzo y ve a buscar una sudadera si te vas a poner a charlar o estirar. Y si no, vuela a la ducha y vístete con ropa seca.