Seguro que muchos de nosotros estamos deseando que en nuestro box haya una clase específica de CrossFit Kids. Esto por un lado nos ayudaría a poder venir más tiempo al box, y encima en la mejor compañía. Pero los beneficios reales son muchos más.
Tanto para los que ya tenéis hijos como para los que solo tenéis sobrinos o amigos con críos, este artículo os interesa. Y es que estos no son ejercicios de menos intensidad o con menos peso. Sino que están específicamente diseñados para ser realizados por los más pequeños y por lo tanto han de cumplir una serie de requisitos.
Lo primero que debéis hacer “los mayores” es quitaros el miedo del cuerpo. Este deporte es muy duro pero, volvemos a insistir, no en esta modalidad. Si queremos conseguir que los más pequeños se interesen por el deporte en general hay que hacerlo divertido y ameno. No vienen a competir sino a pasar un rato divertido. Donde mejorar físicamente pero también donde desconectar. Para poder dar rienda suelta a su energía y hacer amigos. En esto sí debería parecerse a una sesión de adultos.
A la hora de planificar en un box este tipo de entrenamiento, habría que diferenciar entre el de los más pequeños y las clases de CrossFit Teens. Los primeros rondan de los 5 a los 11 años, mientras que los otros serían de 12 a 18.
Creo que en ambos casos la labor del coach es primordial. Debe ser un monitor empático que realmente entienda su responsabilidad. No solo deportiva, sino a la hora de forjar un carácter y unas ideas en pequeñas mentes absorbentes como son las de los críos a estas edades.
Beneficios del CrossFit para niños
Por mi experiencia personal tengo grandes recuerdos de los entrenadores. Ya que en distintos deportes me han enseñado algo más que cómo pegar patadas a un balón.
Inculcar valores como el respeto, el trabajo en equipo, el esfuerzo, la empatía hacia el compañero, el afán de superación o entender el deporte no como una obligación sino como una parte más de su día a día debería ser básico en las clases de CrossFit para niños.
Otro aspecto a tener en cuenta es el material. Mientras que los más pequeños solo usarán su peso corporal (air squats, burpees, gimnásticos…) los que son algo mayores pueden empezar a introducir cargas ligeras en sus entrenamientos (este es otro miedo que han de perder los padres). Para ambas opciones hay material específico como racks regulables, cajones para box jumps acolchados, barras más ligeras, discos de madera o superlivianos…


Por supuesto hay un apartado específicamente deportivo, pero hay que saber equilibrar esa balanza. Así que antes de llegar a un WOD y existiendo la distinción por edades con sus diferenciaciones particulares, ambas deben seguir unos patrones que entre otros podrían ser los siguientes.
En resumen y en mi propia opinión, ojalá más boxes se lanzaran a enseñar ejercicios de CrossFit para niños. Creo que es una base sólida sobre la que forjar una personalidad, siempre complementada por muchas otras variables. Pero que sin duda aporta una gran cantidad de valores y beneficios tanto físicos como psicológicos.
¡Nos vemos en el box!