Si somos realistas, pese a ser una marca comercial, el CrossFit se ha convertido en un estilo de vida para muchos de nosotros. Una marca que incluye un deporte, una forma de hacer ese deporte, a una comunidad de deportistas y mucho merchandising detrás. El CrossFit es un negocio.
Pero esto no tiene porqué ser algo negativo si se gestiona bien. Nunca será perfecto porque para gustos, colores. Pero de momento la comunidad crossfitera está más o menos de acuerdo en la forma de llevarse a cabo esa gestión. Siempre hay temas delicados como las tarifas de afiliados, las estrictas reglas sobre el uso de la marca o la forma de clasificación o cobertura, pero creo que es lo normal en marcas de ámbito mundial.