>>Instinto Primate
El símil anterior con las madres, que no hay más que una, puede haberte parecido un poco exagerado. Pero voy a demostrarte que no es así. Igual que la madre gorila lleva a sus pequeños colgados hasta que están listos, igual que los despiojan, que juegan con ellos y les enseñan a alimentarse y protegerse, tu coach cuida de ti.
Y es que saben que la mayoría entramos al box como trozos de barro. Sin forma definida, con grumos, y con una textura débil y quebradiza. Su función es darnos forma, moldearnos hasta que no queden imperfecciones y hacernos fuertes y resistentes.
Por eso el coach tiene la capacidad de saber cuando estás listo para dejar de usar la goma para las dominadas. Normalmente él se da cuenta unas cuantas clases antes que tú. Porque enseñarte no es tenerte entre algodones, sino demostrarte que puedes.
Sabe que odias los ejercicios de movilidad previos al wod, por eso realiza decenas de juegos diferentes en el calentamiento para que sin darte cuenta llegues preparado y no corras riesgo de lesionarte.
Todos los coaches saben que sus atletas son humanos, débiles y que sus dietas tienen altibajos. Por eso de vez en cuando nos juntan y nos comentan las opciones que podemos tomar si queremos mejorar un poquito más a través de nuestra alimentación.
Son como esas madres gorilas que saben la diferencia entre cuidar y potenciar. Te preparan para que seas más autónomo, para que puedas trabajar cuando ellos tengan que prestar más atención a otros compañeros. Y saben que para eso debes actuar, equivocarte, rectificar y volver a actuar. Y no te van a dejar de lado en ninguna de esas etapas.